... y si no quiero dar de mamar a mi bebé?

La primera opción, como ya hemos comentando en anteriores entradas, debería ser la lactancia materna, pero el "no poder" o el "no querer" no te hace "mala madre".

Muchos son los beneficios de la lactancia materna; todos ellos indiscutibles y avalados científicamente. Pero el cómo alimentar a un bebé es una decisión personal de cada madre que, bajo supervisión médica, debe ser, por lo tanto, respetada por los demás.

Lo que sí se pide es información por parte de los profesionales sanitarios acerca de cada decisión. En este sentido, una buena recomendación que nos aportan es la de "dar el calostro al menos durante los primeros días"; su primera "vacuna preventiva", ya que contiene una alta concentración de aminoácidos. Éstos son los protagonistas del metabolismo celular y de la regeneración de las células, consideradas indispensables para todas las funciones corporales y mentales.

También destaca por su alta concentración de anticuerpos (inmunoglobulinas A, D, E, G y M) que son la primera gran protección del bebé. Y por contener factores naturales del crecimiento, vitaminas, glicoproteínas, Lactobacillus Bifidus Acidophilus,leucocitos, etc etc

¡Es su primer "súper alimento"!